miércoles, 15 de mayo de 2013

Haruki Murakami, ¿ próximo Nobel de literatura ?


"Desde julio de su segundo año universitario, hasta enero del año siguiente, Tsukuru Tazaki vivía casi todo el tiempo pensando solo en morir". Con estas contundentes palabras, traducidas del nipón, arranca la esperada nueva novela ‘El descolorido Tsukuru Tazaki y sus años de peregrinación de Murakami (Kioto, 1949), un escritor venerado por millones de lectores de todo el mundo.

A través de sus 367 páginas, el libro, publicado por la editorial nipona Bungei Shunju, narra la historia de Tsukuru, un arquitecto de 36 años que trabaja diseñando estaciones de tren en la inabarcable y multitudinaria Tokio.
El protagonista lleva a cabo un peregrinaje no solo introspectivo sino físico, al regresar a su ciudad natal, a las afueras de Nagoya (centro del país), para reconciliarse con su grupo de amigos, que comparten entre ellos la particularidad de tener apellidos que representan colores.
Tras terminar el instituto, Tsukuru, el único del grupo "descolorido" (sin un apellido que simbolice un color), marcha a Tokio para estudiar en la universidad, en donde al poco tiempo comienza a notar el incomprensible rechazo de sus amigos, lo que le provoca un profundo sentimiento de pérdida y aislamiento.
Afligido, el protagonista se embarca en una búsqueda personal, un peregrinaje con el que pretende descifrar el motivo de ese rechazo y lograr, de este modo, devolverle el sentido a su existencia.
 Amante de la música, en especial del jazz, el conjunto de suites para piano "Années de Pèlerinage (del francés "Años de peregrinaje"), del compositor  Franz Liszt, le sirven en esta ocasión a Murakami para poner ritmo y narrar el viaje de Tsukuru.





Murakami publicó entre 2009 y 2010 su enrevesada trilogía "1Q84", convertida en un fenómeno literario al igual que otras de sus obras como "Kafka en la orilla" y sobre todo "Tokio Blues (Norwegian Wood)", traducido a 36 idiomas y con una versión cinematográfica estrenada en 2010


El escritor, que acostumbra a ser esquivo y a no conceder entrevistas o asistir a actos públicos, encabezó en 2012 de nuevo las quinielas para hacerse con el Nobel de Literatura y fue también finalista al Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

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